Crónica de dos emprendedores desesperados

Dos emprendedores de la ciudad de Astorga han destapado la caja de los truenos contra el Ayuntamiento a consecuencia del penoso retraso que está sufriendo el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad. Juan José Fijo de Cabo, que pretende montar una gasolinera con energías alternativas y última tecnología en la N-VI, cerca de Celada de la Vega, y Pedro Castillo Sanzol, hostelero que quiere abrir un albergue de peregrinos en la pedanía de Castrillo de los Polvazares, se han dado de bruces con la oficina técnica del Consistorio, quienes se quitan culpas en todo sentido. En ambos casos la situación dada es muy parecida.

Quieren montar un negocio, que otorgaría en total más de 10 puestos de trabajo en la ciudad, van a visitar al alcalde, en ambos casos al anterior regidor Alonso Perandones, éste les dice que empiecen a pedir los otros permisos necesarios (Junta, Fomento, Medio Ambiente etc.) que el Ayuntamiento hará su parte. Una vez que los empresarios obtienen (no sin poco esfuerzo y gasto) todos los permisos extra locales necesarios se encuentran con que el Ayuntamiento no ha hecho sus deberes. Y esos deberes se llaman Plan de Ordenación Urbana.

Evidentemente no se habla de semanas o meses. El proyecto, en el peor de los casos, se demora más de 5 años. Fijo de Cabo cuenta al que suscribe sus interminables visitas al Ayuntamiento, donde siempre se encuentra con la misma excusa. “Nosotros no redactamos el plan, lo realiza una empresa, en tres años listo”, así de claro y así de triste lo exponen. El PGOU vigente en Astorga data de 1985. En el año 2004 la Junta otorga tres años a los municipios para que revisen, actualicen o rehagan su plan de urbanismo. En el año 2007 la ciudad de Astorga no solo no tiene realizado el estudio sino que cambia de empresa redactora, con lo que hay que empezar de nuevo. Cinco años después, 2012, todavía señalan que faltan unos tres años para que esté terminado, esos mismo tres años que llevan apuntando desde hace casi un lustro.

Desde el Ayuntamiento intentaron, por pura vergüenza, pedir un permiso especial a la Junta para realizar una modificación parcial del plan y que los empresarios pudieran operar, algo evidentemente denegado. Irresponsabilidad, dejadez… muchos adjetivos han apuntado los dos emprendedores, que han visto frustrada su idea de negocio. La pregunta que se hacen es “¿Por qué el alcalde nos dijo que nos apoyaría y que debíamos empezar a levantar nuestro negocio si después se ha visto atado de pies y manos?” Pues esta es una práctica muy realizada en la ciudad, que alguna vez tenía que saltar por los aires. Y esta vez ha saltado.