Semana Santa, Semana SinMaite

La Semana Santa de Astorga cerró su edición de 2012 con la luz de su reconocimiento de interés nacional (y grata respuesta de los turistas) y con las sombras producidas por la mala climatología reinante, que impidió su desarrollo normal.

Recorriendo las calles y procesiones  de este año (aquellas que pudieron celebrarse) la sensación era extraña, algo faltaba, algo no estaba en su sitio, algo se retorcía en mi. No tardé mucho en saber que lo que le ha faltado a esta semana de Pasión era la presencia en ella de la periodista Maite Almanza, que no pudo ver un logro que sin duda ayudó más que nadie a conseguir. Sus reportajes, sus columnas, sus articulos, sus opiniones en Diario de León acerca de la Semana Santa astorgana contribuyeron decisivamente, me atrevo a decir sin dudar, a la obtención del título de fiesta de Interés Turístico Nacional.

A Maite le fascinaban las procesiones y actos propios de esos días. Trabajara o no, siempre estaba a pie de calle, cámara en mano y fascinación en el cuerpo. Observando cada detalle, aplaudiendo cada gesto, recogiendo olores, colores y sensaciones. Y después lo plasmaba como nadie. Conocía los pasos, las procesiones, a las cofradías. Dominaba el tema porque le apasionaba. La Maite más periodista, la más calculadora y minuciosa se desvanecia para convertirse en una devota más, una admiradora sincera de una Semana Santa que le debe mucho. No hacía falta libreta, todo lo llevaba dentro y lo volcaba sin concesiones. Con sinceridad y gusto. Eso era bastante para dejar siempre en buen lugar a la Pasión de la ciudad.

Sus queridas cofradías, especialmente la de su barrio Puerta de Rey y la Santa Vera Cruz y Confalón se llevaban sus ojitos y palabras más tiernas, aunque sin descuidar jamás el resto. Maite puso en conocimiento de todos una Semana Santa que décadas atrás permanecía sumida en un profundo letargo y que ella logró llevar con su trabajo y dedicación hasta donde está hoy, reconocida ya como una de las mejores de España.

Justo es reconocer esa labor y justo y necesario es echar mucho de menos a esta reportera y cronista ‘semanasantera’ que tan bien caló en la Pasión maragata, sin descuidar a sus «pueblines», tal y como ella decía, y a la que dolía profundamente que no le dejaran el espacio suficiente en su periódico para contar todo lo que a ella le entraban por esos ojitos, aunque eso, la verdad, era bastante dificil. Porque la Semana Santa de Maite era sencillamente infinita.

En Astorga se celebra la Semana Santa, pero sabiendo que también será para siempre la Semana SinMaite.