El increíble caso de la AP-71

Debo ser tonto, no sé, un poco corto, en menos cuarto, con medio verano de retraso al menos. Por mucho que lo pienso no logro comprender algunas cosas que seguro tienen su explicación. Y pienso y pienso, y procuro entender, alimentar mi capacidad de raciocinio para no quedarme así de mal. Pero acabo más confuso si cabe. Es que no llego señores, no llego. Creo que tendré que retirarme de intentar comprender algunas cosas en mi vida.

Que un neutrino pueda llegar a la meta antes de salir es una de esas cosas, lo de la Santísima Trinidad tampoco lo acabo de ver claro, los pliegues espacio-temporales se me escapan, al igual que los agujeros negros. Pero si hay algo que no comprendo de verdad, que hace estallar mi coco sin remedio es el caso de la autopista AP-71 León – Astorga. Y en este punto las risas pasan a una mueca seria, de rabia, de indignación, incredulidad y pena, como siempre mucha pena.

Hemos visto como hace unas horas morían otras dos personas en la Nacional 120, en el tramo León – Astorga, concretamente en San Martin del Camino. Una lista larga, muy larga de heridos y fallecidos en una carretera atestada de tráfico y en proceso de decadencia, desde hace muchos años. Y sí, está claro que la principal responsabilidad la tienen los conductores imprudentes, que se juegan y juegan con la vida de los demás cuando emprenden un adelantamiento arriesgado como parece ser el caso, como lo ha sido en otras muchas ocasiones. Y sí, también es meridiano que con gente de este calibre da igual que pongas una autopista de siete carriles que un camino de cabras. La van a joder igual.

Pero ¿por qué no intentar al menos reducir ese número de muertes? Pues la solución está cerca, justo paralela a esa Nacional 120, lugar por donde transcurre la AP-71, una autopista (bastante chapucera por cierto) que cubre ese mismo tramo; esto es, de Astorga a León. Pero claro, las cabezas inteligentes y que nunca comprenderé deciden que para que puedas usar esa vía tienes que pagar cinco euros. 10 si vas y vuelves. Y para más inri cada año suben la cuota de paso, que digo yo, en el 2024 te va a costar ocho mil pelas ir y volver. Y esto es lo que no entiendo. Una autopista vacía debido a un precio desorbitado y una carretera llena de gente que se la juega a la vuelta de cada curva. Y leo que a la concesionaria de la vía rápida le interesa más que la cosa sea deficitaria para poder optar a un gran ‘rescate’ del gobierno para este tipo de infraestructuras con pérdidas. Debería ser delito esto, pecado ya lo es. Y en esas estamos. Accidente tras accidente por la 120. Mientras por la AP-71 no va ninguno.

Pongan uno o dos euros de cuota señores. Llenen la autovía de gente, que morir sea un poquito más complicado por favor. Y quédense con la conciencia tranquila, que seguro que no pueden ni dormir…Pero saben lo peor de todo, que seguro que toda esta panda de golfos duerme a pierna suelta, a cinco euros la ida, y cinco la vuelta.

1 comentario en “El increíble caso de la AP-71

  1. Me parece acertadísimo el artículo, una pena que no «cale» donde debería, Los administradores y propietarios de grandes empresas, solo entienden de beneficios, no de sentimientos.

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